El contexto en el que se escribe este texto, no solo evidencia la crisis social del capitalismo en las décadas 1960 y 1970, sino el estado de quiebra de una de las ideologías socialdemócratas más nefastas de la historia: el leninismo. Así, mientras se generalizan las luchas y las rupturas de clase desde distintos sectores de nuestra clase en todo el mundo, los partidos autodenominados «comunistas» adquieren un descrédito generalizado. Cada vez es más claro en todas partes el papel que juegan los países del «Este» en la represión mundial de las luchas proletarias. Toda una serie de apoyos críticos toman fuerza para destruir la ruptura (troskismo, maoísmo, guevarismo…) y afirmar la reforma. En todo este contexto, Revolución Hasta El Fin, arroja luz colocándose en la línea histórica de la praxis revolucionaria intentando ahondar en la ruptura programática entre la práctica revolucionaria del proletariado y las expresiones burguesas que tratan de reprimirla y atraparla en el lazo socialdemócrata.
Las posiciones desarrolladas en la obra en relación con la mercancía, la socialdemocracia, el proletariado, la crisis capitalista, la ideología, la revolución y sus tareas, el comunismo… se inscriben en los esfuerzos del proletariado por retomar las posiciones históricas de la revolución. El MIL fue ante todo, eso, y Revolución hasta el fin es una de las formas bajo las que materializó y nos transmitió ese esfuerzo que sigue siendo en la actualidad una necesidad ineludible. Sólo por ello, este texto merece salir de la oscuridad.